jueves, 28 de julio de 2011

HACEN FALTA LÍDERES


Líder es aquél que sabe a dónde va.
Eduardo Rétiz Licona.




Ninguna sociedad puede funcionar en armonía si ella no cuenta con líderes competentes en todos sus niveles.


El clamor que escuchamos a menudo es que hacen falta líderes. La ausencia de liderazgo o su deficiencia, ya sea en el ámbito social, político, empresarial y familiar, es una de las principales causas del deterioro del bien general. Los verdaderos líderes son aquellos que no sólo son capaces de guiar a otros, sino de aquellos que logran su compromiso entusiasta y decidido, consiguiendo metas que parecieran imposibles pero que son indispensables para este bien general.

En los últimos años el mundo se ha vuelto más competitivo, inestable y exigente, he ahí la crucial importancia del papel del líder. Hoy no solo hay que guiar, es necesario formar y forjar líderes, llevar a cabo una misión o una actividad un poco mejor que en el pasado, ya no es una solución. Se requieren cambios sustanciales para sobrevivir y competir eficazmente en este nuevo entorno. Más cambios requieren más liderazgo, pero sobre todo un liderazgo eficiente.

Dice el Prof. Hugo Landolfi, Director de la Escuela de Filosofía Aplicada para la Excelencia del Ser Humano que: “El hecho de ser líder implica el ayudar a otras personas a encontrar el propio norte de sus vidas y a recorrer el camino para conseguirlo. El liderazgo no tiene nada que ver con conducir ciegamente a las personas en función de la visión del líder, sino en descubrir la visión dentro de cada persona y en ayudarles a recorrer el camino que lleva a ella.”

Hace años que en México se plantea el problema de la ausencia de auténticos líderes en el ámbito democrático ―en realidad nuestro país tiene esta tarea pendiente, especialmente por la religión católica que castra a los niños y adolescentes impidiendo su desarrollo―. Hacen falta liderazgos que se preocupen más por el fondo que por la forma, que inviertan más en las ideas que en la pose, que a los proyectos sociales no le ganen terreno la vanidad individual del gobernante, en suma, que consideren que gobernar debe ser una expresión de compromiso y amor a México.

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